sábado, 30 de agosto de 2008

Pequeña y particular reflexión sobre la amistad

Aplaudo hasta que se me pelan las manos si un amigo me dice: che, conocí una chica y voy a salir con ella, así que hoy no voy. O que incluso, camino a verme, si se cruza con uno de esos amores de vereda, de banco de plaza o de colectivo y en el apremio olvida avisarme, me reiré mucho de mi tiempo de espera mientras él abordaba esa pequeña felicidad.
Lo que no puedo aplaudir, lo que me duele en las tripas, me las retuerce y enfurece mi animo es que por una pareja se desprecie la amistad. Suponer que el amor del sexo opuesto puede sustituir el de la amistad, sobre todo un amor de caracter burgués y que por ese amor se crea estar en situación de superioridad y no necesitar de las demás amistades, me hace repugnar a ese amigo. Decir que "a mi (a él), eso (que hayan chicas en una fiesta), ya no me hace falta", por lo tanto no invitarlas y que "a quien no le guste que no venga", es tristemente egoísta en voz de quien sentí un amigo.

Espero que nunca se pelee con esa chica...

1 comentario:

Cecilia Fiori. Prof. en Cs. de la comunicación (UBA) / Prof de Literatura / Postítulo en tecnologías y Postítulo en Escritura y literatura dijo...

Uno necesita tanto de una pareja como de los amigos para ser feliz, y si te falta alguna de las dos cosas tarde o temprano te das cuenta de que no estas completo.